Bembézar

Sendero del bembezar Vista del Seminario

FICHA TÉCNICA

Trayecto:

Lineal

Longitud:

13km

Dificultad:

baja

Tiempo estimado:

4 horas

¿Necesita autorización?

SI

Observaciones:

El último tramo, que sube desde el río a la presa, es de carretera asfaltada, tiene 1,2 km. y pendiente media de un 10%.

Abierta solo un tramo de la ruta.

Este sendero tiene un trazado muy cómodo y llano, salvo los 1.200 m. últimos del recorrido. Se inicia en la misma presa de derivación del embalse del Bembézar, al este. El sendero discurre en su totalidad por la margen izquierda del río del mismo nombre. Al principio, encontramos una zona umbría de rocas calizas, terciarias, discordantes sobre los materiales mas antiguos, donde la vegetación dominante esta constituida por palmitos, algarrobos, ligados a terrenos calcáreos, lentiscos y romero. A unos metros se encuentra el cartel de inicio explicativo de las características del itinerario, rodeado de zarzaparrilla y majuelos. Continúa adentrándose en una gran formación de adelfas, que conduce hasta la fuente del cañito, la vegetación ahora está representada por abundantes esparragueras, coscojas, matagallos, jara estepa y aulagas, observándose en las zonas próximas al agua los pinchosos tamujos, utilizados antiguamente para hacer las escobas de barrer las cuadras. En esta zona, todavía es posible oír los ladridos de las rehalas utilizadas para cazar, que al avanzar dejaran de oírse, para ser sustituidos por el canto de los pájaros y los graznidos de los arrendajos, que serán los compañeros de viaje durante el paseo. Al llegar a la primera curva pronunciada del sendero, si el nivel de agua del embalse es bajo, se observa en las rocas de la orilla ripples marks, marcas de rizaduras, que indican el origen de estas rocas ligadas a aguas poco profundas. En este punto y en la margen derecha del pantano, sobresalen del agua algunos troncos de árboles inundados por el agua, que son utilizados como posaderos, por los cormoranes.

En la segunda curva importante del itinerario, se observa, cómo progresivamente cambia la vegetación del sendero, haciéndose el palmito cada vez más escaso. Con atención se podrá observar cómo, de forma generalizada, los distintos tipos de jara son más o menos abundantes, según el tipo de rocas que afloran. La serie rocosa está constituida por esquistos y calizas masivas, que alternan sucesivamente y presentan abundante fracturación y pliegues. Las calizas que se inclinan hacia el norte, originan resaltes, crestones que rompen la monotonía del paisaje. Antes de iniciar un ligero ascenso, recomendamos volver la vista y observar desde aquí, la bella estampa del pueblo de Hornachuelos.

Algo antes de llegar a los tres kilómetros del inicio del sendero se observará un gran algarrobo, con sus raíces hundidas en la tierra, buen ejemplo, del papel jugado por la vegetación en la conservación de los suelos. Después de la ascensión llegamos a una pequeña planicie, con curvas a derecha e izquierda; en uno de estos giros, comenzaremos a ver unos eucaliptos. Son árboles alóctonos que no pertenecen al bosque típico de la zona, desde cuya posición se observa el «Seminario de los Ángeles», justo en la orilla del pantano en su margen derecha, observaremos unas oquedades y conductos en la roca caliza, producidos por el ataque químico del agua.

El seminario de los Ángeles, abandonado en la actualidad, sobrecogerá, por su aspecto y especialmente por la belleza de su entorno vegetal. Desde esta posición se observa la aparatosa construcción, así como, los restos de los huertos cultivados en bancales por los frailes, aprovechando los travertinos. Interesantes de observar son, así mismo, las cuevas excavadas en la roca caliza y utilizadas por los religiosos, para su retiro.

En esta parte del recorrido se encuentran magníficos ejemplares de almeces y, entre la fauna, jabalíes y zorros de los que se ven abundantes rastros. A la derecha del sentido de la marcha hay una pequeña fuentecilla de origen calcáreo, recubierta de musgo en la que crece el helecho de pozo o «culantrillo». A unos 100 m del lugar anterior se encuentran buitreras; a medio día, en invierno, cuando empieza a evaporarse el agua, se observan las siluetas del buitre negro y del buitre leonado, ascendiendo en el cielo, aprovechando las corrientes térmicas. Se continúa el camino hasta llegar a un risco «risco pardo», el cual, nos indica que estamos a mitad de itinerario, apareciendo alcornoques, de nuevo, que indican que las condiciones de humedad, ph del suelo y altitud, les son propicios, perdiéndose la jara estepa. En ocasiones es posible ver algún ejemplar de águila perdicera.

El último tramo del sendero es mas abierto y desde el mismo se divisan las grandes fincas de caza mayor de la zona; a la izquierda Rincón Bajo y a la derecha Zahurdillas, con el Cerrejón de Vacíatalegas. Se estrecha el camino y se llega a la presa del río Bembézar, donde finaliza el recorrido. Este lugar es ideal para observar el águila real.

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